miércoles, 23 de septiembre de 2015

migrar, refugiarse, dejar, esperar, soñar, añorar

Ver gente huyendo de su propio lugar, es tremendo. Gente que huye de la guerra, del hambre. Gente que sale al camino con su familia, si puede, y camina, camina hasta que no la dejan caminar más. Le ponen una valla, un muro, un alambrado, le tiran balas de goma (o de verdad). No la dejan seguir, esperan que los Estados decidan cuántos de ellos va a recibir cada uno.
También hay gente que huye en barcos, barcos que se cargan hasta no dar más, que muchas veces se vuelcan y muchos, muchos, mueren en el agua. Otros logran llegar y ahí también encuentran vallas, muros, alambrados, balas.
Ninguna de esas personas que huyen de sus propios lugares, buscó vivir lo que está viviendo. Hay Estados que deciden que esto pase, que buscan las guerras, que provocan el hambre, que hasta producen epidemias, que hacen caer gobiernos para poder dominar y quedarse hasta que ya no hay que exprimir y solo queda algún que otro pueblo sufriente.
Que esto no siga pasando parece que es un sueño, pero soñemos. En el mientras tanto tratemos de hacer algo por la gente del mundo. No sé cómo se hace, pero sé que los mismos que producen todo esto, son capaces de deshacerlo, solo deben ponerse en la tarea, en todos está que lo hagan.

miércoles, 16 de abril de 2014

bomberos

Hoy se nos murió un bombero. Un bombero voluntario de nuestro pueblo. Iba con tres compañeros al rescate de una familia que había volcado con su auto en la ruta 68, y estaban atrapados. Poco antes de llegar al lugar, la camioneta de bomberos en la que viajaban los 4 changos, también volcó y cayó unos 40 metros. Quien conducía, el bombero Tapia, salió despedido y murió en el acto, otro tuvo que ser trasladado a Salta en helicóptero por la gravedad de sus heridas, otro también fue llevado en ambulancia a Salta y el cuarto está en nuestro hospital, con heridas menores. Bueno, esto sería la crónica del accidente, un accidente horrible, con tremendas consecuencias, que produjo en Cafayate un cambio de ánimo que se siente como si fuera una presencia tangible. Todo está triste. Todos seguimos trabajando, conversando, haciendo cosas, pero a todos y a cada uno nos rodea una tristeza que parecería que puede verse, que pesa, que no nos deja disfrutar del cielo azul, ni de los cerros limpitos que tenemos hoy, que no nos deja pensar que empieza la Semana Santa, que vamos a recordar la muerte de Jesús, que debemos seguir. No podemos hacer más que pensar y sentir Nuestro Bombero Muerto. Por hoy, somos eso: tristeza.

lunes, 4 de noviembre de 2013

pancitos benji

Son unos pancitos fáciles y muy ricos, con un dejo a pancitos de viena o algo así, un tanto dulzones.
Para hacerlos debemos colocar en una cacerolita: 1 taza de agua, 1 taza de leche, 100 grs. de manteca, 6 cucharadas de azúcar (soperas, pero no demasiado grandes) y 1 colmada, de sal fina. Llevamos a fuego suave esto, revolviendo para que la manteca se derrita y se disuelvan el azúcar y la sal. Dejamos entibiar hasta una temperatura adecuada para trabajar la levadura. Por otro lado, ponemos en una fuente amplia y honda, 1 kilo de harina común y desmigamos en él 50 grs. de levadura prensada. Hacemos un hueco en el medio y vamos mojando con el líquido tibio, incorporando la harina de los costados hasta lograr tomar la masa y armar el bollo. Trabajarlo bastante hasta que quede bien liso. Lo dejamos levar en un sitio libre de corrientes de aires y templado, hasta que duplique su volúmen. Entonces, vamos separando trozos de masa que vamos bollando con la mano y los acomodamos en una asadera limpia. A mí me gusta ponerlos uno al lado de otro, así no se les forma costra en los costados. Volvemos a dejarlos levar, calentando mientras tanto el horno. Los pintamos con yema de huevo y los metemos a horno caliente hasta que el olorcito nos indica que va a ser lindo comerlos, y están doraditos. Es bueno, para que queden más tiernos, poner en la base del horno, un recipiente con agua. Pueden guardarse en el freezer, y al sacarlos quedan bárbaros. Son muy ricos para sandwichitos, a mí me gustan con mortadela. Siempre se los hago para el cumpleaños a la Nunú, amiga de mi "pequeño bebé".

martes, 1 de octubre de 2013

tomatelá

-Tomatelá!, le dijo al nene cuando rompió la cama junto a su hija, y los dos se reían no se sabe si nerviosos o divertidos por lo nerviosa que se puso ella ante la cama rota. Después de eso hubo toda una discusión acerca de que no debería haberle hablado así a un niño pequeño, que era violento decirle:-tomatelá. Ella no lo sentía así, pero quedó pensando cómo a veces lo que no es violento para uno, puede serlo para otro. El nene se ofendió bastante, pero aún no sabe si fue por la "violencia" de la palabra, por el enojo reflejado en su cara o por toda la situación de reclamos que hubo después, de la cual él palpitó algo.
Bastante después de eso, mientras regaba sus plantas, dos perros (uno grandote y un salchicha) acompañaban a los vecinos de enfrente, que lavaban un auto. Los gatos, como siempre a la hora de la siesta, se asoleaban al lado del cantero de la entrada. Los perros empezaron a corretear por el pasaje, jugando entre ellos primero. Después empezaron a ladrar a los perros de al lado, que como se sentían en inferioridad de condiciones por estar encerrados, se pusieron como locos. Los gatos, nada. Ni se inmutaban (cosa que la ponía siempre nerviosa, que no presintieran el peligro que implican los perros cerca). Los dueños de los perros, nada. Claro, los gatos no eran de ellos. Los ladridos y las corridas seguían y al final lograron que interviniera y tratara de echar a los perros. El más grande se fue enseguida, pero el salchicha, en lugar de irse, se acercaba a la mujer y le ladraba, enojado. Ella siguió echándolo mientras los "dos salames" seguían lavando el auto. Al final, ya harta, le mandó un:"-tomatelá"! y ahí, la chica llamó a su perro y los entró a los dos. Le comentó al chango:-la señora le dijo "tomatelá", y los dos se rieron.
Pasó otro tiempo hasta que se descubrió diciéndole:-"tomatelá", a un gato ajeno que trataba de comerles la comida a sus gatos del Concejo. Se acordó de los eventos anteriores y se preguntó qué tendría de especial esa palabra, por qué impactaba tanto que la dijera. Entonces, buscó el significado.Parece que es un modismo argentino que significa "andate", pero depende de cómo lo decís se puede tomar bien o mal. Hay quienes consideran que es una expresión impertinente, y quizás lo sea. Bueno, era nada más que eso, contar por qué, a veces, considera oportuno y pertinente decir:-Tomatelá!

jueves, 19 de septiembre de 2013

lugar en el mundo

Quise mucho al lugar donde nací, era mi lugar en el mundo. Creo que por voluntad propia lo perdí, o fuí perdiendo ese amor delirante que me hacía sentir que allí, solo allí, estaba mi bienestar. Mi segundo lugar en el mundo es muy lindo, de una bella naturaleza, y lo quiero porque me dio muchas y muy valiosas cosas. Ahora que ya estoy grande, mi lugar en el mundo es donde me siento a mirar nada.